Ramiro Prudencio Lizón
En el presente mes se ha conmemorado un nuevo
aniversario del 21 de julio de 1946, día en que el presidente Gualberto
Villarroel y algunos de sus colaboradores fueron cruelmente asesinados y
colgados en la plaza Murillo. La personalidad del teniente coronel
Villarroel ha quedado grabada en el corazón de nuestro pueblo. Su
carisma, gallardía y, sobre todo, su gran simpatía por los seres más
desposeídos del país, han determinado que siempre se haya considerado a
su gobierno como uno de los más progresistas y humanos de Bolivia.