El periodismo actual se mueve en la doble maldición de la
brevedad y de la premura que, de manera consustancial a su trabajo, se impregna
en su hacer diario. Esta situación conlleva a una brutal barrera para contar
las cosas "tal y como son", con el límite de espacio y tiempo que las redacciones imponen y, por supuesto
las limitación de tiempo para recopilar los datos con los que se construyen las
piezas informativas, en especial, desde que ingresó el periodismo digital.
Esto ha desencadenado en dos clases de redacciones
habituales. Primero el periodismo llamado de declaraciones el que tiene su base
en un personaje público con cierta notoriedad que expresa algo medio relevante,
suficiente para que se convierta en noticias. El periodista que se encuentra acosado
por la premura de las redacciones, las redes sociales, entonces estas declaraciones
son un regalo difícil de rechazar. La noticia habla por sí misma, y sólo hay
que meter latiguillos en la redacción para que quede una pieza informativa
¡¡como Dios manda¡¡.
Pero tan extendido como el periodismo de declaraciones,
existe otro también arraigado en el quehacer diario del redactor: es el
periodismo de nota de prensa. Resulta un periodismo de fácil asimilación,
porque satisface las necesidades principales del redactor: contenido rápido y
listo para ser publicado, sin apenas retoques ni añadidos.
Son dos estilos de periodismo necesarios y que cuentan con
algo a su favor: confianza en las fuentes. Si la nota de prensa es elaborada
por un gabinete de comunicación institucional,
la seriedad, prestigio y confianza son argumentos más que suficientes para
dar por buena la información.
Varios periodistas aseveran que no conviene despreciar el
periodismo de notas de prensa, porque en su trastienda se encuentra una
redacción que aplica los mismos criterios de elaboración que cualquier
periodista aplicaría a su pieza informativa, añadiendo incluso uno de los
aspectos más destacados de su trabajo: "traducir" a un lenguaje
coloquial los farragosos textos administrativos que suelen ser noticia.
Traducir pues estadísticas, textos jurídicos, legislativos, técnicos, resulta
una tarea difícil y complicada en muchas ocasiones.
La confianza en las fuentes institucionales como origen de
las noticias viene avalada por un grupo de profesionales que diariamente
trabajan para llevar a la opinión pública la información veraz, objetiva y apta
para poder ser digerida. Los medios de comunicación son el vehículo que permite
llevar esa información al público general.
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