Juan Carlos Segales L.
  • Inicio
  • Comunicación
    • Com Política
    • Gubernamental
    • Organizacional
    • Redes Sociales
    • Marketing
  • Periodismo
  • Libros
  • Recomendamos
    • Películas
    • Series
    • Documentales
  • Servicios


Por: Juan Carlos Segales L.*

En comunicación política, nada es inocente. Cada color, cada símbolo y cada rediseño institucional expresan una narrativa de poder. Por eso, cuando todas las instituciones del Estado —ministerios, empresas públicas e incluso los medios estatales— adoptan una misma línea gráfica, el mensaje que se proyecta trasciende la simple modernización. Lo que parece un gesto de orden y coherencia visual puede, en realidad, revelar un intento de control total sobre la voz oficial.

Lo paradójico es que este cambio llega en un momento en el que el país esperaba una transformación respecto a la etapa anterior del MAS: una comunicación más abierta, más plural y con instituciones realmente autónomas. Sin embargo, la nueva identidad gráfica parece ir en sentido contrario. 

La unificación estética no sólo refuerza una imagen centralizada del poder, sino que también extiende su influencia simbólica sobre los medios estatales, que deberían actuar como garantes de información pública plural, no como repetidores del discurso gubernamental.

El peligro de esta decisión no radica únicamente en lo visual, sino en lo que implica. La uniformidad estética puede convertirse en uniformidad discursiva. Cuando todos los canales del Estado lucen igual, también terminan diciendo lo mismo. Se diluye la diversidad institucional, se pierde la capacidad de dialogar con públicos distintos y se borra la frontera entre información pública y propaganda política. El resultado es una comunicación vertical, fría y predecible, donde la ciudadanía deja de confiar en la autenticidad de los mensajes oficiales.

El Estado, por supuesto, puede y debe tener coherencia comunicacional. La ciudadanía necesita reconocer qué mensajes son oficiales y qué instituciones los emiten. Pero esa coherencia no puede imponerse sacrificando la diversidad, ni mucho menos la libertad editorial de los medios públicos. La fuerza de la comunicación estatal se mide en su capacidad de reflejar la pluralidad del país que representa.

La verdadera modernización del Estado no se mide en tipografías, paletas de color o nuevos emblemas. Se mide en transparencia, rendición de cuentas y respeto por la diferencia. De poco sirve uniformar la apariencia si se mantiene la misma lógica de control y silencio. Si todo se ve igual, todo empieza a parecer lo mismo. Y cuando eso ocurre, la comunicación pública deja de ser un espacio de diálogo para convertirse en un espejo del poder.

Bolivia necesita instituciones que hablen con voz propia, medios estatales que informen con independencia y una comunicación que escuche antes de imponer. Porque en democracia, la diversidad no debilita: enriquece. Y cuando se intenta silenciarla detrás de una identidad común, el país pierde algo más que color; pierde su esencia plural.

*Comunicador Social

Foto: Connectas.org

Por: Juan Carlos Segales L.

La próxima vez que recibas un mensaje de WhatsApp pidiendo tu voto, pregúntate: ¿lo escribió un humano o una máquina? En Bolivia, como en toda América Latina, la Inteligencia Artificial ya llegó a las campañas políticas. No viene en el futuro. Ya está aquí. Y mientras algunos la abrazan como la salvación de la comunicación política, otros la ven como el principio del fin de la democracia tal como la conocemos.

La IA invisible que ya decide elecciones

Empecemos por una verdad incómoda: la IA ya influyó en las últimas elecciones bolivianas, aunque nadie lo haya admitido públicamente. Cada vez que un partido político compra publicidad en Facebook, un algoritmo de inteligencia artificial decide quién ve ese mensaje, cuándo lo ve y con qué frecuencia. Ese mismo algoritmo aprende qué tipo de contenido te mantiene más tiempo en la plataforma y ajusta lo que ves en consecuencia.

¿Recuerdas esos mensajes masivos de WhatsApp durante la última campaña? Muchos fueron segmentados usando herramientas de IA que clasifican números telefónicos por zona geográfica, edad probable y patrones de comportamiento digital. No es ciencia ficción. Es la realidad de 2025.

En Colombia, la campaña de Gustavo Petro usó análisis predictivo para identificar qué municipios podían cambiar su voto con el mensaje correcto. En Argentina, Javier Milei viralizó su mensaje libertario gracias a algoritmos de TikTok que identificaron y amplificaron su contenido entre jóvenes desencantados. En El Salvador, Nayib Bukele construyó su imagen de "CEO de El Salvador" con métricas en tiempo real que le indicaban qué tweets generaban más engagement.

El salto cuántico que está llegando a Bolivia

Pero lo que hemos visto hasta ahora es apenas la punta del iceberg. La nueva generación de IA promete revolucionar las campañas de formas que apenas comenzamos a imaginar:

Discursos a medida: Imagina un candidato que puede generar 100 versiones diferentes del mismo discurso, cada una adaptada a la audiencia específica que la escuchará. Para los cocaleros, énfasis en la soberanía. Para Santa Cruz, desarrollo económico. Para El Alto, justicia social. Todo generado automáticamente, manteniendo el mensaje central pero ajustando tono, ejemplos y énfasis.

Militancia artificial: En las elecciones presidenciales de 2025, probablemente interactuarás con "militantes" en redes sociales que en realidad son bots conversacionales tan sofisticados que pueden debatir, argumentar y hasta mostrar "emociones" creíbles. Ya no son los bots torpes que repiten el mismo mensaje. Son IA que pueden mantener conversaciones complejas y persuasivas.

Deepfakes y desinformación 2.0: Ya no hablamos de fake news escritas. Ahora es posible crear videos convincentes de opositores diciendo cosas que nunca dijeron, audios que son indistinguibles de los reales. En un país donde el WhatsApp es la principal fuente de información política para muchos, el potencial destructivo es aterrador.

La paradoja boliviana: Modernidad vs. Autenticidad

Bolivia enfrenta un dilema particular. Por un lado, no puede quedarse atrás en la carrera tecnológica. Los consultores políticos argentinos, brasileños y mexicanos ya llegan con estas herramientas bajo el brazo. Ignorar la IA sería como llevar una honda a una batalla de drones.

Por otro lado, Bolivia tiene una cultura política profundamente arraigada en el contacto humano. El ayni, la minga, la asamblea comunitaria - estas formas de organización política no se pueden (ni se deben) digitalizar completamente. Un algoritmo puede predecir comportamientos, pero no puede compartir un acullico o boleo de coca ni entender el significado profundo de un aguayo.

He aquí la trampa mortal: creer que la IA puede reemplazar la construcción genuina de causas políticas. Como he argumentado en análisis anteriores, la gente no sigue a políticos, sigue causas. Y las causas genuinas no se pueden fabricar con inteligencia artificial, por más sofisticada que sea.

La bendición: IA para empoderar causas genuinas

Aquí está el potencial transformador de la IA cuando se usa correctamente:

Democratización de la información: Candidatos con pocos recursos pueden usar herramientas de IA para competir con maquinarias políticas millonarias. ChatGPT puede ayudar a escribir comunicados, Canva con IA puede diseñar afiches, las herramientas de análisis pueden identificar temas importantes para la comunidad.

Participación ciudadana real: La IA puede procesar miles de propuestas ciudadanas y encontrar patrones y consensos que serían imposibles de identificar manualmente. Imagina una asamblea constituyente donde cada boliviano puede enviar sus propuestas y una IA ayuda a sistematizar y encontrar puntos de acuerdo.

Transparencia y fact-checking: Las mismas herramientas que crean deepfakes pueden detectarlos. La IA puede verificar declaraciones en tiempo real, rastrear el origen de las noticias falsas, y crear un ambiente informativo más sano.

Inclusión lingüística: En un país con 36 lenguas originarias, la IA puede traducir y adaptar mensajes políticos al quechua, aymara, guaraní, respetando no solo el idioma sino los códigos culturales de cada pueblo.

Cinco principios éticos para la IA electoral en Bolivia

Si vamos a integrar la IA en nuestras campañas, propongo estos principios no negociables:

1. Transparencia algorítmica: Los partidos deben declarar cuándo usan IA y para qué. Si un mensaje fue generado o personalizado por IA, el votante tiene derecho a saberlo.

2. Prohibición de deepfakes: Tolerancia cero con la manipulación de audio y video mediante IA. Debe ser un delito electoral grave.

3. Datos con dignidad: La segmentación puede ser útil, pero no puede violar la privacidad. Nada de comprar datos personales, nada de espionaje digital.

4. Complemento, no reemplazo: La IA debe amplificar el contacto humano, no sustituirlo. Un bot puede agendar una reunión, pero no puede reemplazar el diálogo cara a cara.

5. Causas antes que técnicas: Ninguna cantidad de IA salvará una campaña sin una causa genuina. La tecnología es el megáfono, no el mensaje.

El futuro es híbrido

La pregunta no es si la IA entrará en las campañas bolivianas - ya entró. La pregunta es cómo la usaremos. ¿Será una herramienta para profundizar la democracia o para socavarla? ¿Para conectar causas con ciudadanos o para manipular emociones?

Mi apuesta es por un modelo híbrido. Usa la IA para lo que hace mejor: procesar información, identificar patrones, optimizar recursos. Pero nunca olvides que la política, en su esencia más profunda, es sobre seres humanos conectando con otros seres humanos alrededor de visiones compartidas del futuro.

El candidato que entienda esto - que use la IA como herramienta pero construya su campaña sobre causas auténticas y contacto humano real - será quien defina el futuro político de Bolivia.

Porque al final del día, un algoritmo puede predecir comportamientos, pero solo un líder con una causa genuina puede inspirar transformaciones. Y en eso, queridos lectores, ninguna inteligencia artificial podrá jamás superar a la inteligencia colectiva de un pueblo movilizado por sus convicciones.

La IA en campañas no es ni bendición ni trampa mortal. Es una herramienta. Y como toda herramienta, su valor depende de las manos que la empuñan y los principios que guían su uso.

La pregunta para los políticos bolivianos no es si usarán IA, sino si la usarán para amplificar la voz del pueblo o para intentar silenciarla con ruido digital.

La historia, como siempre, la escribiremos nosotros.

Qué opinas sobre el uso de IA en campañas políticas? ¿Has notado su presencia en las últimas elecciones? Comparte tu experiencia en los comentarios.

 


Por: Juan Carlos Segales

Las elecciones generales del 17 de agosto de 2025 marcan un hito histórico: tras dos décadas de hegemonía del MAS, Bolivia enfrenta una encrucijada simbólica y política. La victoria sorpresiva de Rodrigo Paz evidencia un cambio profundo en cómo los candidatos se comunican y cómo el electorado responde. La clave: no se trató de maquinaria, como lo intentaron Samuel Doria Medina o Tuto Quiroga, sino de mensaje, presencia digital y cercanía real.

Este 2025 enseñó que ya no bastan discursos técnicos ni spots cuidadosamente elaborados. En su lugar, la campaña Paz–Lara apostó por algo casi radical en su simplicidad: recorrer más de 220 municipios, muchos en transporte público, llevando un mensaje directo de “capitalismo popular” y lucha frontal contra la corrupción. Esta narrativa conectó con un pueblo cansado no solo del oficialismo, sino también de una oposición reciclada.

El descontento acumulado con el MAS fue evidente: dividido internamente, simbólicamente agotado y sin un relato coherente, optó por discursos de confrontación, apelando incluso a la anulación del voto, como lo expresó Evo Morales. En lugar de construir una propuesta para el país, se aferraron a una narrativa de resistencia que ya no resonó.

Pero la oposición tradicional tampoco supo capitalizar ese vacío. Figuras como Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina o Manfred Reyes Villa, con más de tres décadas en la política boliviana, fueron percibidas como parte del problema, no de la solución. Sus campañas se mostraron distantes, formales, con estrategias comunicacionales que apelaban a fórmulas del pasado. En un contexto donde la ciudadanía exige autenticidad, renovación y cercanía, estos actores quedaron fuera del radar emocional de la gente.

El impacto de la comunicación viral fue decisivo. El ascenso de Rodrigo Paz no se explica sin su compañero de fórmula, Edman Lara, figura espontánea de TikTok que rompió con la rigidez de la política tradicional. Su estilo directo, su capacidad de interacción con el ciudadano común, y su uso orgánico de las redes sociales permitieron conectar con audiencias jóvenes, desencantadas y ansiosas de nuevos referentes.

Este fenómeno refleja un cambio estructural: las redes sociales no son solo canales de difusión, sino escenarios de construcción identitaria y emocional. La política ya no tiene rostro inalcanzable: hoy es presencia, diálogo y humanidad compartida. La era del líder mesiánico da paso al político que camina al lado, no por encima.

El derrumbe del MAS y del llamado “bloque popular”, que pasó a ocupar lugares marginales (con apenas un 8 % para Andrónico Rodríguez), representó la caída de un relato que ya no moviliza. Tampoco la polarización ni el discurso de venganza tuvieron efecto: el país quiere sanar, no profundizar heridas.

Las elecciones de 2025 en Bolivia demostraron que los resultados ya no dependen únicamente de ideologías o estructuras partidarias, sino de cómo se comunica el futuro. El relato emocional, auténtico y participativo resultó decisivo.

Hoy ya no compite el que más promete, ni el que más grita. Compite el que logra conectar. Y en esa nueva arena, la comunicación política —bien entendida— es un puente entre la democracia y la esperanza.

 


 Por: Juan Carlos Segales Limachi 

En el vertiginoso mundo de la política moderna, los términos comunicación política y marketing político suelen usarse como sinónimos. Sin embargo, aunque ambos comparten herramientas y objetivos similares —influir en la opinión pública y obtener respaldo electoral—, sus enfoques, tiempos y profundidades difieren sustancialmente.  

Comunicación política: el diálogo permanente con la ciudadanía

La comunicación política es, por definición, el proceso a través del cual los actores políticos —gobiernos, partidos, candidatos o movimientos— interactúan con la sociedad. Se trata de una práctica constante, que no se agota en los periodos electorales y que implica tanto la emisión como la recepción de mensajes. 

El campo de acción va desde los discursos y declaraciones públicas hasta la relación con los medios de comunicación, la gestión de redes sociales, la participación en debates, e incluso la narrativa simbólica del poder.

Más allá de la persuasión, la comunicación política busca construir significados, interpretar el contexto y posicionar visiones de mundo. En ese sentido, no es una herramienta ocasional sino un componente estructural del quehacer político. Por ellos podemos afirmar que la comunicación no es solamente una herramienta de la política, sino que es parte consustancial de la política.

Marketing político: el arte de "vender" candidatos

El marketing político, por su parte, surge como una adaptación de las técnicas comerciales al terreno electoral. Su lógica es instrumental y se concentra en “vender” candidatos como productos, mediante campañas de posicionamiento, gestión de imagen, segmentación de electorado, y técnicas de persuasión masiva. Su campo de acción es típicamente electoral y se enfoca en generar impacto emocional y movilizar el voto, más que en generar un diálogo sostenido.

Inspirado en la publicidad, el marketing político emplea herramientas como encuestas, spots, slogans, jingles, análisis de opinión, y uso intensivo de redes. El político funciona como una marca en un mercado competitivo, y el éxito depende de su capacidad para diferenciarse y conectar con el consumidor-votante.

Diferencias clave

Una de las diferencias esenciales entre ambos enfoques radica en el tiempo. Mientras el marketing político opera en el corto plazo, generalmente durante campañas electorales, la comunicación política se desarrolla en un horizonte continuo. 

Asimismo, mientras el marketing privilegia lo emocional, la comunicación busca establecer vínculos más racionales y simbólicos con el electorado.

En términos éticos, la tensión es aún más clara. El marketing puede caer en la tentación de priorizar la eficacia sobre la verdad, de vender “lo que funciona” aunque contradiga valores o propuestas previas. La comunicación política, idealmente, debe ser un ejercicio de transparencia, coherencia y pedagogía democrática.

¿Antagonismo o complementariedad?

El debate no debería centrarse en una oposición binaria. Lo importante es evitar que la política se reduzca a la lógica del consumo, sin renunciar a las herramientas modernas que permiten una mejor conexión con la ciudadanía. 

La clave está en el equilibrio: usar técnicas del marketing sin abandonar la profundidad y los valores de la comunicación política.

En tiempos de polarización, noticias falsas y crisis de representación, la comunicación política debe recuperar su rol fundamental: ser el puente entre lo público y lo ciudadano. Y el marketing, por potente que sea, no puede reemplazar ese vínculo.


En la reciente publicación "Otredades. Comunicologías de los sures", el autor Adalid Contreras Baspineiro nos invita a sumergirnos en un profundo análisis de las comunicologías de América Latina y el Caribe, explorando las prácticas emancipadoras de los pueblos indígenas y la necesidad de construir un nuevo orden mundial de la información y la comunicación que sea inclusivo y representativo de las diversas culturas y lenguas de la región.

El libro, publicado por la Cátedra UNESCO: Libertad de expresión y Sociedades del Conocimiento, y del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) en Quito, Ecuador, se divide en tres secciones principales, cada una de las cuales aborda diferentes aspectos de la comunicación en la región.

La primera sección, "Comunicologías de la América Latina - Caribe profunda", se compone de varios ensayos que exploran la comunicación desde la perspectiva de los pueblos indígenas, con un enfoque especial en la lengua aymara, el concepto de "Vivir Bien / Buen Vivir", y la importancia de la diversidad cultural en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

En el prólogo, Pedro Susz K. destaca la importancia de repensar la comunicación desde la propia experiencia histórica de América Latina, marcada por dependencias hacia modelos ajenos. Se resalta la necesidad de un cambio radical en los modelos de organización socioeconómica y cultural, y se critica la globalización y el poder de las grandes tecnológicas y el big data.

"Otredades" es una obra que invita a la reflexión y al diálogo, ofreciendo una perspectiva única sobre la comunicación en América Latina y el Caribe, y planteando la necesidad de un cambio en la forma en que se abordan las políticas de comunicación, la educación, y la relación con las culturas indígenas, en un contexto marcado por la globalización, el poder de las tecnologías de la información, y los desafíos contemporáneos que enfrenta la región.

Además, el libro se adentra en la cuestión indígena, criticando la interpretación sesgada y parcial de los desafíos inherentes a una teoría/práctica efectiva y sostenible para remontar las inequidades heredadas. Se resalta la importancia de la interculturalidad y la necesidad de construir una teoría propia del estar en un entorno asediado por la vecindad de una catástrofe planetaria.

La segunda sección del libro, "Comunicologías y políticas de comunicación desde los sures", aborda temas como el nuevo ecosistema comunicacional pautado por el capitalismo digital, los retos en el ámbito educativo y en todas las áreas de la convivencia social. Se explora cómo las políticas de comunicación deben adaptarse a los tiempos actuales, especialmente en el contexto de la pandemia del coronavirus y sus consecuencias en la sociedad.

La tercera sección, "Comunicologías contemporáneas desde los sures", se enfoca en las redes sociales y las transmediaciones, analizando cómo estas herramientas pueden ser utilizadas para construir una sociedad más justa y equitativa, donde la comunicación juega un papel fundamental en la construcción de un mundo más inclusivo y representativo de todas las culturas y lenguas de América Latina y el Caribe.

En resumen, "Otredades. Comunicologías de los sures" es una obra que ofrece una visión integral y profunda de la comunicación en América Latina y el Caribe, planteando la necesidad de un cambio en la forma en que se abordan las políticas de comunicación, la educación, y la relación con las culturas indígenas. Es una invitación a la reflexión y al diálogo, y una herramienta valiosa para todos aquellos interesados en comprender los desafíos y oportunidades que enfrenta la región en el ámbito de la comunicación.





 

El lead o encabezado es la primera parte de una noticia y suele ser una de las más importantes, ya que es lo que atrae la atención del lector y le hace querer seguir leyendo. Por lo general, el lead debe incluir la información más importante y relevante de la noticia, y debe ser conciso y atractivo para el lector.

El lead puede presentar la información de varias maneras, como una pregunta, una declaración o una lista. Lo importante es que proporcione un resumen preciso y conciso de lo que se trata la noticia. Por ejemplo:

  • Un lead en forma de pregunta podría ser: "¿Cómo afectará el cambio de gobierno a la economía del país?"
  • Un lead en forma de declaración podría ser: "El nuevo gobierno promete cambios significativos en la política fiscal del país."
  • Un lead en forma de lista podría ser: "Los tres puntos clave de la política económica del nuevo gobierno son: reducir el déficit fiscal, impulsar el crecimiento económico y crear empleo."

Es importante tener en cuenta que el lead debe ser atractivo y captar la atención del lector, pero al mismo tiempo debe ser preciso y no engañoso. Debe reflejar fielmente el contenido de la noticia y no exagerar o distorsionar la información.

Fotos: EFE/Martín Alipaz

Por: Juan Carlos Segales Limachi
Lic. Comunicación Social

El gobierno transitorio de Jeanine Añez frente a la pandemia global del coronavirus no tuvo la capacidad de generar una planificación estratégica que sume a los diversos actores para afrontar esta emergencia. Lo que derivó en un recelo a las normas y políticas planteadas, a la falta de credibilidad en los datos sobre los contagios, la generación de rechazo a la cuarentena por gente de escasos recursos y la preocupación sobre un aparente descalabro económico.

Por la emergencia el gobierno empezó a realizar actividades tácticas, pero no con una base estratégica. A que me refiero “la planificación estratégica juzga la situación en su totalidad… la planificación táctica se basa en los objetivos de la estrategia e intenta hacerlos operativos para una tarea parcial” (Schröder: 2004). Por lo que, el equipo de planificación del gobierno debió realizar un diagnóstico político, económico, social, cultural, geográfico, etc., para tener una comprensión de la realidad nacional y así tomar decisiones políticas efectivas frente a la pandemia.

La afirmación de falta de una planificación estratégica, surge al analizar acciones empíricas que suceden en la realidad nacional. El Deber titulaba el 23 de abril “Coronavirus: datos del Gobierno no coinciden con los de la Gobernación de Santa Cruz”. Varias veces los datos entre el nivel central y los Sedes departamentales no coincidieron, por falta de coordinación y de tener un solo líder en el ámbito de la salud, que debería ser el Ministerio de Salud. Esto genera confusión y desconfianza por parte de la población. Además de que salió a la luz que “se ha restringido la toma de test para detectar el Covid-19” (El Deber: 20 de abril) por lo que no se tendría el número preciso de infectados. En esta línea el propio Carlos Mesa pidió transparentar la información después de la inexplicable multiplicación de contagios “Lo que nosotros estamos aquí es a ciegas… El gobierno no explica absolutamente nada de lo que está pasando ahora y no sabemos el nivel de la curva de crecimiento… hace 24 horas con los 241 contagios a nivel nacional marca una multiplicación por cinco del promedio diario que se registró en el pasado ¿Cómo se interpreta eso, qué significa eso?” (Erbol: 03 de mayo). La falta de una planificación estratégica empieza a generar dudas sobre el accionar del gobierno y la realidad de los casos de coronavirus.

Asimismo, las acciones que realizaron no consideraron las condiciones que tiene cada región del país, sus costumbres, idiosincrasias, el factor económico, entre otros. Se aplicó políticas generales, que generaron rechazo en lugares como El Alto, el Chapare, Montero y otras poblaciones. Y las reacciones no se debieron a que sean simpatizantes del MAS, sino a todo lo que se vivió desde noviembre pasado en esas regiones, existen cicatrices que todavía no cerraron. Una planificación estratégica debió considerar estos elementos, pero nuevamente no se lo hizo, se aplicó solo amedrentamiento y violencia, que al final solo genera rechazo y más violencia.

Peter Schröder explica que “la estrategia se orienta hacia un objetivo final que hay que alcanzar: la planificación crea las condiciones para ello. Así ocurre en todo el mundo”. En el caso de Bolivia, nuestro objetivo principal es superar la pandemia con la menor cantidad de contagios y fallecidos. Por ende, la comunicación debería estar jugando en primera línea, para dar las directrices del día después de la cuarentena. Pero tenemos a una ministra de Comunicación que está en el anonimato. Mientras en varios países de la región la Comunicación de Crisis tiene una acción preponderante; aquí la Comunicación Gubernamental desapareció. Durante la crisis se debe suministrar información a la prensa y a la población. Si no se hace los medios obtendrán la información de otras fuentes inapropiadas  o reproducirán rumores. El Ministerio de Comunicación debería estar trabajando con la población en la información y educación sobre los resguardos y los protocolos que deberá seguir la población luego de la cuarentena, en el país aún existe gran incertidumbre de cómo se retomarán las actividades. Porque hay que tener una cosa clara, tendremos que convivir con el coronavirus todo el 2020 y aún no estamos preparados para ello. Nuevamente en este punto se evidencia la ausencia de una planificación estratégica.

Muchos dicen que primero está la salud y luego la economía, aseveración que puede ser válida hasta cierto punto. Una vez que pase la cuarentena, muchas empresas medianas y pequeñas ya anticipan que van a cerrar y que cerca de un millón de personas van quedar desempleadas Conamype anunció la pérdida de al menos 600 mil fuentes de empleo; en el sector de turismo están en riesgo más de 350 mil empleos según Canotur (Página Siete: 15 de abril y 14 de abril respectivamente). Las medidas adoptadas por el gobierno ya no gozan de credibilidad tal como se lo puede advertir en la publicación de Página Siete del 25 de abril “Microempresarios denuncian que el gobierno incumple sus compromisos de crédito”. La falta de legitimidad y liderazgo de la mandataria obliga al gobierno transitorio tener un pacto con las otras fuerzas políticas, para tomar medidas de mediano y largo plazo, que permita generar cierta estabilidad a los empresarios y trabajadores. Esta situación debería estar dentro de la planificación estratégica, por el bien de los bolivianos, pero al parecer tampoco está.

El miedo y la fuerza lo único que generan son cansancio y repudio de parte de la población. Para salir de esta crisis necesitamos consensos entre todos, políticos, empresarios, trabajadores, gremiales, transportistas, médicos, científicos, para alcanzar ese “objetivo final” que es el bienestar de todos los bolivianos, tanto en el ámbito de la salud como en lo económico.

 

1).- Lead de cita textual o de cita directa

Esta cita tiene que ser realmente significativa, tiene que tener interés, que sirva como resumen de iniciación al tema).

En el mundo en el que ahora se deben mover los profesionales, sean casi cuales sean sus áreas de trabajo y de interés, no les queda más remedio que estar prácticamente en todo momento atentos a cómo cambian las cosas y a cómo esto cambia su trabajo. La tecnología ha hecho que los mercados se hayan vuelto más y más dinámicos e internet que los cambios se 'contagien' más rápido y se vuelvan mucho más visibles en mucho menos tiempo.


Se hace complejo escribir sobre esta cuestión a menos que antes se advierta al lector que cada librillo tiene su maestrillo, si bien es cierto que hay una serie de lugares comunes que siempre se dan cuando pensamos en la preparación de un debate, pero también es importante establecer ciertos matices:
Entradas antiguas Inicio

Entradas populares

  • El riesgo de una sola voz: el nuevo rostro del Estado boliviano
    Por: Juan Carlos Segales L.* En comunicación política, nada es inocente. Cada color, cada símbolo y cada rediseño institucional expresan una...
  • CARACTERÍSTICAS DEL EDITORIAL.
    El editorial tiene las siguientes características: 1)     Implica una toma de posición más o menos explícita respecto de un hech...
  • Inteligencia Artificial en campañas: ¿Bendición o trampa mortal?
    Foto: Connectas.org Por: Juan Carlos Segales L. La próxima vez que recibas un mensaje de WhatsApp pidiendo tu voto, pregúntate: ¿lo escribi...
  • Ocho tipos de leads periodísticos
      1).- Lead de cita textual o de cita directa Esta cita tiene que ser realmente significativa, tiene que tener interés, que sirv...
  • CLASES DE EDITORIAL.
    “Si el diario es un vehículo para la circulación de las ideas, es lógico que los lectores esperen del editorial una proposición intel...

Mi blog de fotos

  • Fotos Juanki
    Hampaturi un tesoro escondido en La Paz
Bitácora de Juanki. Con la tecnología de Blogger.

Mi Perfil


Profesional en Ciencias de la Comunicación Social, con especialidad en Comunicación Política, Gubernamental, Gestión de Riesgo y Crisis (con 15 años de experiencia).
Especialidad en Comunicación Política, Comunicación Gubernamental, Periodismo Económico, con énfasis en el sector de Hidrocarburos (con más de 10 años de experiencia). Administración de Redes Sociales y Páginas Web. Enamorado de la fotografía y los viajes.

Posts Populares

  • CARACTERÍSTICAS DEL EDITORIAL.
  • CLASES DE EDITORIAL.
  • LA PÁGINA EDITORIAL.

Contacto

Designed By . | Juan Carlos Segales