Introducción
Una buena parte de las dificultades a
las que nos enfrentamos como fotógrafos a la hora de hacer una foto
están relacionadas con la falta de luz. La oscuridad es
el enemigo número uno de todos los fotógrafos. La escasez de luz es lo
que hace que tengamos que recurrir al uso del flash, con el consiguiente
inconveniente del exceso de luz que el flash supone. La falta de luz es
lo que hace que, en el modo automático de la cámara, obtengamos fotos
borrosas.
Mi intención con este artículo es que
entiendas el mecanismo que hay detrás de la captura de una foto, y que
seas capaz de obtener fotos correctamente iluminadas aunque se trate de
situaciones de falta de luz. Teniendo unos cuantos recursos a nuestro
alcance la oscuridad ya no tendría que ser problema para nada.
Intentaré transmitir las ideas empleando
un lenguaje llano y limpio de tecnicismos complejos. No obstante, verás
que a lo largo del artículo hago referencia a algunos conceptos
fotográficos importantes como la velocidad de obturación o la
sensibilidad ISO.
Finalmente, decirte que este texto fue
redactado de manera aplicable a una cámara réflex digital, no obstante
algunas ideas y recursos podrían ser igualmente aplicables a otros tipos
de cámaras que ofrezcan los modos manual y semi-manual.
El concepto clave
La fotografía es luz.
Para que nuestros ojos puedan ver las cosas que nos rodean necesitamos que haya luz que las ilumine.
Con la fotografía pasa lo mismo. La
cámara sólo es capaz de distinguir (y grabar) cosas visibles, objetos o
sujetos iluminados por algún tipo de luz, sea natural o artificial.
Habiendo luz hay fotografía.
La manera en que una cámara de fotos
réflex funciona está inspirada en la propia naturaleza, en el ojo humano
concretamente. Nuestros ojos también necesitan luz para poder ver las
cosas: las pupilas equivaldrían al objetivo de una cámara réflex, la
retina sería algo así como el sensor sobre el cual se proyecta la
imagen, y el cerebro, de alguna manera, la tarjeta de memoria.
Como decía, la luz es el componente
principal que hace que la fotografía sea posible. La luz (procedente de
la ventana o de cualquier otra fuente) rebota en los objetos para
posteriormente dirigirse a la cámara, penetrar en ella a través del
objetivo, y terminar proyectándose en el sensor.
Se trata de un viaje como ves, el viaje
de la luz que rebota en las cosas y emprende un recorrido (a unas
velocidades fulminantes) hasta encontrar su camino al interior de
nuestra cámara. Evidentemente te lo estoy contando de una manera mucho
más simplificada de cómo ocurre en realidad, pero la idea de fondo es
ésa.
Situaciones habituales de riesgo
Ahora que conoces el concepto básico
pasemos a ver aquellas situaciones en las que la oscuridad se empeña en
fastidiarnos las fotos, y cómo salir airoso de ellas.
A continuación te expongo un listado con
unas cuantas situaciones que harán que tus fotos salgan mal. Todas
estas situaciones tienen su origen en la oscuridad, te lo explico a
continuación:
1) La noche
Nada que explicar aquí. La noche significa la ausencia de la luz natural del sol, lo cual convierte la fotografía en todo un reto. Afortunadamente existe un pequeño invento llamado “Flash”, el cual soluciona un poco esta situación de oscuridad, pero muchas veces el flash deja un efecto aceitoso en la piel del sujeto, crea demasiada luz, y además tiene limitaciones muy importantes ya que sólo es capaz de iluminar a una cierta distancia.
Nada que explicar aquí. La noche significa la ausencia de la luz natural del sol, lo cual convierte la fotografía en todo un reto. Afortunadamente existe un pequeño invento llamado “Flash”, el cual soluciona un poco esta situación de oscuridad, pero muchas veces el flash deja un efecto aceitoso en la piel del sujeto, crea demasiada luz, y además tiene limitaciones muy importantes ya que sólo es capaz de iluminar a una cierta distancia.
2) El amanecer y el atardecer
Amanecer y atardecer: dos momentos magníficos desde un punto de vista de estética fotográfica, sin embargo la poca cantidad de luz disponible durante el amanecer y el atardecer hace que la cámara sufra un poco. El resultado más frecuente suele ser una foto movida.
3) Objetivos de largas distancias focales
En igualdad de condiciones un objetivo de distancia focal de 300mm será mucho más oscuro que uno de 35mm. Trabajar con distancias focales elevadas hace que la cantidad de luz que alcanza la cámara disminuya y por lo tanto que la foto resulte oscura o movida.
4) Habitaciones y cuartos oscuros
Como es lógico, una habitación sin ventanas, o con ventanas que no dan al exterior (sino a un patio interior del edificio por ejemplo) presenta un problema serio para el fotógrafo. Este tipo de habitaciones no suele tener los niveles de luz necesarios para que la cámara capture la foto correctamente. El que tú puedas ver con cierta facilidad dentro de la habitación no significa necesariamente que la cámara lo pueda hacer con la misma facilidad que tú.
5) Bosques y lugares naturales cerrados
Naturalmente (y nunca mejor dicho) la naturaleza “cerrada” o frondosa inhibe la entrada de los rayos de sol. Si andas con tu cámara en medio de un denso bosque en busca de pequeños animales o plantas que retratar te tendrás que enfrentar al problema de la falta de luz.
6) Accesorios que obstruyen el paso de la luz
Todo accesorio que le añadamos al objetivo es susceptible de obstruir el viaje de la luz. La mayoría de estos accesorios normalmente son buenos, y hasta necesarios en algunas situaciones: por ejemplo yo no puedo disparar fotos de paisajes sin mi filtro polarizador. Sin embargo si corremos el riesgo de obtener fotos oscuras, si echamos de menos la luz, lo mejor sería liberar el objetivo de todos estos accesorios.
De estos accesorios que te comento los
que resultan más “engorrosos” para la luz son los filtros
(polarizadores, de densidad neutra, …) así como los tubos de extensión,
así que utilízalos siempre con cuidado, y ante la duda, mejor quítalos.
7) Ajustes de exposición
A
veces los propios ajustes de exposición de tu cámara te pueden hacer la
vida más complicada. Las cámaras de fotos permiten aumentar los niveles
de exposición o reducirlos, según nos convenga, pero es frecuente que
dejemos el nivel de exposición bajo por olvido y nos estemos rompiendo
la cabeza no sabiendo por qué las fotos salen oscuras.
Cómo tomar buenas fotos en situaciones de oscuridad
Te habrás sentido identificado con más
de una situación de las que acabo de describir. Pero tranquilo, se
acabaron las frustraciones. He aquí el kit definitivo de supervivencia.
Se trata de una serie de accesorios, medidas y a veces simples gestos
con los que vencerás con facilidad a ese enemigo tan temido llamado
Oscuridad.
A) La velocidad de obturación
Lo creas o no el tiempo es un arma efectiva contra la oscuridad, y muy
barata por cierto. Consiste simplemente en alargar el tiempo durante el
cual se obtura o graba la foto. Si al principio decíamos que la foto se
consigue mediante la penetración de la luz a la cámara a través del
objetivo, ¿qué pasaría si dejáramos a esta luz entrar durante un extenso
período de tiempo? Pues que entraría seguramente más luz.
Esto se consigue utilizando el modo
manual de la cámara (modo “M” en la mayoría de las cámaras réflex) o por
lo menos el modo semimanual de Velocidad de Obturación (modo “S” en las
Nikon, “Tv” en las Canon y otras marcas) y escogiendo una velocidad de
obturación relativamente larga. Por ejemplo si para una escena con la
cantidad de luz necesaria necesitamos una velocidad de obturación de
1/100s, si tuviéramos que disparar la misma foto pero con la escena más
oscura, el doble de oscura por ejemplo, tendríamos que ralentizar la
velocidad de obturación bajándola a 1/50s por ejemplo, ó más lenta aun,
hasta encontrar la velocidad adecuada.
Recuerda, cuanto más lenta sea la
obturación, más cantidad de luz acaba entrando y acumulándose. Es como
dejar un vaso debajo de un grifo de agua, el vaso se llenará el doble de
agua si dejamos el grifo abierto 2 segundos que si lo dejamos abierto
sólo uno.
B) El Rey de los Objetivos
Así es cómo me gusta llamar a estos objetivos de distancia focal fija de 35mm y 50mm cuya apertura de diafragma es de f/1.4. Este tipo de objetivos tiene la virtud de permitir la entrada de una ingente cantidad de luz, simplemente porque su apertura es mayor. Volviendo al ejemplo anterior del agua y el vaso, el vaso se llenaría el doble de agua estando debajo de un grifo de gran caudal que estando debajo de uno de caudal reducido. Cuanto más ancho el caudal sea, más cantidad de agua se consigue.
Pues en las cámaras réflex pasa igual, a mayor apertura de objetivo, mayor cantidad de luz entra.
C) El trípode
Vencer a la oscuridad es casi imposible si no disponemos de un buen
trípode. Como dije antes, una de las maneras de obtener mayor cantidad
de luz consiste en utilizar velocidades de obturación lentas, y puse
como ejemplo dejar el vaso debajo de un grifo durante un tiempo
prolongado, lo cual nos permitiría obtener mayor cantidad de agua, o luz
si hablamos de cámaras de fotos. Pero, ¿de qué serviría dejar el grifo
abierto durante mucho tiempo si sujetamos el vaso con una mano
temblorosa? Se nos movería el vaso todo el tiempo y no se llenaría de
agua, o no se llenaría bien.
En fotografía ocurre algo parecido: si
para capturar una mayor cantidad de luz seleccionamos una velocidad de
obturación relativamente lenta, tenemos que asegurarnos de que la cámara
no se mueva lo más mínimo durante ese lapso de tiempo. Sí, es un tiempo
muy pequeño, fracciones de segundo, pero aun así se producen ciertos
movimientos, muy pequeños, que hacen que la luz “capturada” se disperse
dentro de la cámara y proyecte una imagen confusa, borrosa.
La solución pasa por estabilizar la
cámara encima de un buen trípode el cual nos permitirá recoger toda esa
luz de manera estable consiguiendo así una imagen ultra nítida.
D) ISO
El valor ISO en las cámaras réflex digitales hace referencia a cómo de
sensible es el sensor de la cámara a la luz. Se puede modificar.
Seleccionando un valor ISO elevado hacemos que la cámara sea más
sensible a la luz. En otras palabras, con la misma cantidad de luz la
cámara podrá capturar el doble o triple o la cantidad que sea de luz en
función del valor ISO que le hayamos subido.
Esto es muy útil es situaciones de
escasez luz. Si habiendo agotado todos los recursos de este kit de
supervivencia seguimos encontrando la foto demasiado oscura, subir el
valor ISO puede solucionarnos el problema.
En una cámara réflex digital normal el
valor ISO normal suele estar en los 100. Si es preciso puedes subirlo a
200, 400, y así gradualmente hasta que encuentres el valor adecuado. Sin
embargo ten en cuenta que a mayor sensibilidad ISO, mayor ruido
obtendrás en la foto, así que súbelo sólo cuando sea necesario y no
tengas más remedio.
Mi fórmula definitiva
Cada uno de los recursos anteriormente
mencionados te ayudará a combatir la falta de luz en tus fotos, pero
imagínate la combinación de todos ellos a la vez. Es lo que hago
personalmente cada vez que tengo una foto vital de esas en las que no
puedo fallar, procuro tomármelo con calma, ir muy bien preparado, y
combinar lo siguiente:
Trabajar con todos estos “útiles” a la
vez me da mucha flexibilidad y me permite incluso elegir la cantidad de
luz que quiero. Además, como ves en el gráfico, al objetivo de gran
apertura f/1.4 le doy una importancia un poco mayor porque realmente en
más de una ocasión me ha ahorrado más de un disgusto.
Fuente: Blog del Fotógrafo
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